Nuestra Web de Energía y Sanación está orientada a aquellas almas que buscan la verdad, el despertar interior, la auto-sanación, el empoderamiento y trabajo personal. El objetivo es ayudar a que la propia persona pueda avanzar y evolucionar en su camino de vida, creando su propia realidad en coherencia con aquello que piensa, siente y cree.

El equipo formado por Victor Mendaña y Juan Carlos Bellido, nació el 21 de mayo de 2025. Con mucha ilusión y entusiasmo empezamos abriendo un canal en Youtube donde fuimos compartiendo parte de nuestros conocimientos y experiencias, así como entrevistando a personas que aportaban esa visión que queremos dar a conocer.

En poco tiempo, apenas 1 mes y 1 semana, cerramos una formación presencial de Energía y Sanación en el centro Taisan, Tres Cantos, Madrid. Dicha formación fue todo un éxito. Recibimos todo el amor y cariño de los participantes mediante sus testimonios, llegando a nuestro corazón y provocando en nosotros un interés por continuar ayudando a las personas poniendo a disposición más convocatorias del curso y otras herramientas que iremos incorporando en la web.

Muchas gracias a todos por vuestra confianza.

Os dejamos unas fotos de los preparativos del curso, y queremos especialmente dar las gracias a Elena (Centro Taisan) por haber permitido que nuestro comienzo se diera lugar allí, así como las próximas formaciones de los siguientes meses en Madrid.

Igualmente dar las gracias a nuestra colaboradora Miriam, que se ocupó de todos los detalles que rodean a la propia formación, dar la bienvenida de los participantes y toda la gestión administrativa de la formación. Contamos con ella igualmente para las próximas formaciones y evento.

También queremos mandar un abrazo enorme desde el corazón, y las gracias a nuestro compañero de equipo del canal Ikigai Vitae, que es un miembro colaborador de nuestro equipo. El ha hecho realidad la parte de imágenes, animaciones y cooperación con la revisión de nuestros temarios.

Más allá del tiempo y del espacio, existe un lugar donde la materia se disuelve en luz y la conciencia se expande como una sinfonía silenciosa.

Es un paisaje suspendido entre dimensiones, donde no hay suelo ni cielo, solo una vasta extensión de energía vibrante que pulsa con tonos dorados, azules profundos y violetas etéreos. Columnas de luz se elevan como templos vivos, y cada una parece resonar con una frecuencia única, como si fueran portales hacia memorias olvidadas del alma.

En este lugar, el ser no tiene forma, pero sí presencia. Flota, se funde con el entorno, y siente cómo cada partícula de su esencia se reencuentra con su origen. No hay palabras, solo comprensión. No hay miedo, solo paz. Aquí, el yo se disuelve en el todo, y el todo lo abraza con una ternura infinita.

Es el santuario de la consciencia, el punto de retorno donde el viaje interior culmina en el reconocimiento de lo eterno. Un espacio donde el alma recuerda que siempre ha sido luz, siempre ha sido amor, y siempre ha estado conectada con el universo.